"Un objetivo es una conveniencia pasajera. Una pasión es algo que nos sostiene y da sentido a nuestra existencia." (Joaquín Lorente)
AVISO: Las opiniones vertidas en este blog son de carácter personal, no representando las políticas oficiales ni son vinculantes para el Ayuntamiento de Madrid ni para el Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Madrid.



martes, 29 de abril de 2014

PERDÓN POR SER VARÓN

AVISO: OFERTAS DE EMPLEO AL FINAL DE LA ENTRADA (tras el vídeo)

Esta entrada va dedicada a mis colegas varones, y a las que no lo son, con quienes me siento como pez en el agua... a pesar de alguna miraditlla que otra (os pido leer esta entrada en clave de humor, no se me moleste el patio.).

Como ya sabéis, soy trabajador social, una profesión aún mayoritariamente femenina (esto es así por muchas razones que no voy a describir porque de eso hay tesis doctorales). Lo que no sé es si se ha escrito algo sobre cómo se siente un hombre en este tipo de profesiones, así que haré una pequeña incursión en el espinoso asunto del género.

La verdad es que cuando me empeñé en hacer Trabajo Social ni lo pensé: fue algo con lo que me encontré el primer día de clase (como venía de ingeniería, el panorama no era el mismo precisamente). Y sí, entre los colegas estaba el comentario facilón servido... pero bien saben que durante la carrera no me comí una rosca (al menos en la escuela, jeje).  

Sin embargo, me encuentro con frecuencia con una extraña sensación de tener que justificar mi condición ante mis compañeras, motivo por el cual he escrito esta entrada, y la recomendación musical (je, "¿Qué hace una mujer como tú en un sitio como éste?").

Vamos, que aunque la gente me suele decir lo de "menuda suerte, qué bien acompañado estás", y yo no tengo queja alguna, en algunas ocasiones, tengo que decir que algunas de mis colegas mi miran con malos ojos y os relato varias experiencias curiosas en las que he tenido esta sensación:

1.- Me presento voluntario a un grupo de profesionales y resulta que ¡ups! ¡casi la mitad somos hombres! y una colega saca el tema (aunque el único requisito era estar en posesión del título) ¡encima para arrimar el hombro!. Por desgracia, no había más voluntarias, así que no hubo más alternativa que aceptar que la representación masculina sería desproporcionada en comparación con la media de la profesión. En aquel, como en otros casos, supongo que hay muchas razones de tal desproporción, pero de los allí presentes, ninguno teníamos culpa, supongo. La lógica, finalmente, se impuso.

2.- Congreso de TS: mando una comunicacion, me la aceptan, subo a la mesa, la presento, junto con otros colegas (de los 4, tres éramos hombres). Aplausos. Parece que ha gustado. Bajo del escenario. "Muy interesante" -me dice una colega- "pero demasiados hombres en la mesa, con la de mujeres que somos en la profesión". ¡Vaya! ¡pues quéjate al comité científico! (o que incluyan un cupo de género en las normas para publicar (!))

Ambas experiencias me recuerdan a lo del "cura regañando por no ir a misa justo a los que han ido". Entiendo la reflexión desde la perspectiva de género, pero bronquear al colega, eso si que no. Y el caso es que he contrastado este asunto con varios colegas -varones también , claro-.

3.- La última: como mi nombre a veces sale en quinielas, es curioso que, en este sector, cuando se habla de un  hombre para ascensos, no falta quien insinúa que "claro, como es hombre..." y si bien los estudios indican que "el trabajador social varón está mejor valorado" (informe ISSE del Consejo General de TS), digo yo, que de eso, el colega en cuestión, tampoco tendrá culpa. Además, me repugna que en un sector masculino se dude de la valía de una mujer por el hecho de llegar a un puesto de dirección ¿es posible que pueda pasar a la inversa?.

También me hace gracia, cuando estamos en un curso, y soy el único hombre, que se me pida perdón al decir "vosotras", ya que al revés nunca se pide perdón. Colegas: no es necesario, los trabajadores sociales hemos aceptado con normalidad estar en minoría , no nos ofendemos por eso.

En definitiva: sueño y trabajo por un mundo en el que mujeres y hombres no seamos más que personas, aptas, o no, para un trabajo, (y, por supuesto, se cobre lo mismo). Me considero feminista como la que más; pero no me gustan las broncas improcedentes, ya que uno no puede pedir perdón por algo que no eligió, así que ruego a mis compañeras de profesión, que me perdonen por ser varón.

En todo caso, espero haber sacado una sonrisa a alguien.
Nacho

Y sin más dilación, una que me venía  a la cabeza con el tema: Burning. "Qué hace una mujer como tú en un sitio como éste".

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martes, 22 de abril de 2014

AYUDAS ECONÓMICAS ¿EN GRUPO?

ATENCIÓN: OFERTAS DE EMPLEO Y CURSOS AL FINAL DEL POST

Con este título seguro que algún/a colega habrá saltado sobre su asiento ¿hasta dónde va a llegar este colega con lo grupal?. Tranquilidad: únicamente quiero difundir una técnica que estamos poniendo en práctica en mi distrito.

Como todos sabéis, los Servicios Sociales Municipales tenemos un exiguo presupuesto para ayudas económicas municipales. La tramitación de estas ayudas no está exenta de limitaciones económicas, dificultades burocráticas y de gestión, e incluso de dudas éticas, normalmente resultantes de la escasez de recursos.

Por todo ello, los/las trabajadores/as sociales, nos encontramos con la responsabilidad de gestionar un presupuesto que en ningún caso puede llegar a cubrir las necesidades de la población a la que atendemos, y el reto de distribuirlas (ojo, nosotros sólo proponemos, no concedemos), dentro de un proceso de intervención, a aquellos ciudadanos/as que más las necesitan. Además, es necesario evitar en lo posible, en situaciones de necesidad crónica, la reproducción del modelo "yo pido, tú das (o no)" asistencialista, ya que las ayudas municipales no corresponden "por derecho" (los ayuntamientos podemos regular, pero nunca legislar). 

Por otro lado, no nos engañemos, existe cierta impresión en la ciudadanía que hace uso de los Servicios Sociales, de que las ayudas económicas municipales se dan "a quien ellos/as quieren" de manera caprichosa -cuando no señalan a colectivos específicos-, y, si bien tengo claro que no es así, dada la opacidad que a veces existe en torno a estas ayudas, no me extraña que pueda existir rumorología al respecto

De hecho, cuando he hablado con colegas sobre cómo montar grupos en Servicios Sociales, al llegar a este tema de las ayudas económicas, he percibido muchos temores y resistencias, especialmente vinculados a la baja regulación e inexistencia de criterios, y a cómo manejar un presupuesto insignificante en relación a las necesidades.

Por ello, mi Jefa de Departamento (Mª Jesús Soler) diseñó un plan que se resumen en tres ideas:
  1. Programar el gasto, (evitando que se ayude "al que pide en el momento oportuno" -porque había presupuesto, y no el que más lo necesita),
  2. Fijar criterios (evitando esa sensación de "concesión arbitraria") y
  3. Tomar una actitud proactiva, sin esperar a la demanda que, en ocasiones, consigue que "obtenga más el que más pide" o únicamente quien conoce los procedimientos. 
Esto es especialmente recomendable en barrios con  rentas tan bajas como el mío (Entrevías es el barrio con menor renta per cápita del distrito que ocupa el segundo puesto en este triste ranking).

Dejando al margen las ayudas para situaciones de emergencia, las situaciones de necesidad económica (no emergentes) son muchísimas más (según mis cálculos, el 90%, y en presupuesto iría más o menos el mismo porcentaje). Entonces, ¿qué hacer?

Pues fácil: una vez descritos los objetivos, se pasó a la selección de la "población diana": hemos cogido la lista de familias y personas que han solicitado RMI: ya han demostrado carecer de medios y están en espera (el plazo de concesión sigue rondando el año). Y después, se introdujeron algunos filtros para poder priorizar. Por ejemplo, carecer de ingresos complementarios (otro criterio puede ser tener menores a cargo...). Por supuesto, todos ellos en proceso de intervención  y sin absentismo escolar (no tendría mucho sentido porque no accederían a la RMI en el futuro y debe existir un pronóstico de recuperabilidad económica). 

Una vez con el listado en base de datos (aplicando filtros a la general), cité a todos ellos en grupo. En esta sesión, les expliqué qué es una ayuda económica municipal, plazos, cuantías (según el número de personas), documentos necesarios, y concepto: todos ellos obtendrían una ayuda económica para cobertura de necesidades básicas (alimentos) durante tres meses inicialmente. En la misma sesión, se les dio el modelo de solicitud y explicó el modo de justificación.

En el grupo también se habló de la tardanza en la RMI y mecanismos de reclamación, así como otros temas que ellos/as mismos/as sacaron, como los sitios en los que es más barato comprar, el tema de las marcas blancas, cómo ahorrar en algunos gastos, etc. Vamos, una oportunidad para compartir y reflexionar entre vecinos/as.  

Todos la entregaron durante esa semana y se concedieron, ya están todas esas familias percibiendo la ayuda (en este caso son cheques de supermercado). Hay que añadir que en el momento de la entrega de los cheques, se queda para la justificación y siguiente entrega de cheques (en despacho), y después la entrega de los siguientes cheques se hace desde la unidad administrativa.

Bien: objetivo cumplido:
1.- Cubrir las necesidades alimenticias de varias familias de manera proactiva (a  propuesta técnica).
2.- Programar el gasto priorizando el nivel de necesidad de las familias. 
3.- Establecer criterios generales y evitar esa sensación de "se da a quien quiere el TS": no, según unos criterios concretos y no otros.

Para rematar la faena: Para dentro de 3 meses ya he realizado la previsión de qué familias continuarán otros 3, cuáles no (porque se conceda la RMI, por ejemplo), así como  candidatas para la siguiente sesión en junio. 

Un cuarto objetivo: liquidar el presupuesto en aquello en lo que está previsto: parece una tontería, pero en ocasiones, el trabajo no programado, la ratio tan elevada de familias por profesional, unido a las dificultades burocráticas (la mayor, como ya expliqué, tratar una ayuda económica de 100 € igual que una subvención de un millón, no deja de ser una locura que espero alguien remedie >VER), hacen que, en ocasiones, sea materialmente imposible gastarlo, a pesar de los dramas que vemos día tras día: y esto sí que es vergonzoso.

La idea que me parece fundamental (porque habrá  quien no apruebe esta técnica) es no dejarse llevar por el trabajo "a demanda". Seamos los protagonistas de la intervención, sin esperar a la demanda.

Dada la complejidad que reúne, lamentablemente, conseguir que una familia reciba una ayuda, no quisiera acabar la entrada sin reconocer la tarea de toda la gente que se deja la piel en conseguir que las ayudas económicas salgan -no sin alguna regañina que otra, ejem-, pese a quienes interpretan las normas (ya de por sí mal hechas) en el sentido más restrictivo posible, o quienes no ven la importancia de que los Servicios Sociales estemos ahí, sin delegar: sin olvidarse de las familias a quienes más nos debemos.

Ahí lo dejo, por si a alguien le puede servir de ayuda.

Ánimo
Nacho     

Hoy os aconsejo una de Red Hot Chili Peppers. Californication. Que, aparte del significado que uno a priori se haría por el nombre -jeje-, viene a ser una denuncia de un estilo de vida frívolo (aunque lo del significado de las letras de estos chicos es para un máster). 
   

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lunes, 7 de abril de 2014

COLEGA (O NO): SAL DE TU ZONA DE CONFORT


Últimamente ando preocupado con tanta gente que vive en la zona de confort (colegas también, aunque luego nos quejemos de algunos/as usuarios/as... al final parece que no somos tan diferentes, jeje). Como dice el vídeo que os recomiendo al final (es genial) la zona de confort es el conjunto de cosas que uno/a domina porque son habituales: y puede ser para bien (p.e. cenar con tu pareja) o para mal (p.e. aguantar todos los días un atasco o la bronca del jefe).

Independientemente de eso, zona de confort, es, también, el despacho... sobre eso ya volveré, jeje.
Imagen del vídeo que os aconsejo ver encarecidamente al final
Pero, como no quiero reventaros el vídeo, que es de los más motivacionales que conozco (lo uso cuando doy cursos de gestión del tiempo), voy a centrarme en tres principios importantes. Se trata de frases que apuntan que lo de "salir de la zona de confort" es adoptar una actitud que después se debe materializar en lo concreto: vienen a decir lo mismo, pero aplicado a nuestro campo, el de los Servicios Sociales (aunque valen para cualquiera). 

Espero que nadie se me ofenda, pero voy a señalar a tres tipos de colega Mr. Scroodge (lo llamo yo), si bien es cierto que todos/as tenemos un lado Scroodge que nos impide salir del maligno confort. Ante estos razonamientos (seguro que más de uno/a se siente retratado: es con cariño y con la intención de provocar el autoanálisis, ojo), me resuenan en la cabeza las siguientes frases (que a su vez he oído a otros/as sabios/as colegas a quienes citaré sin su permiso): 

1.- IN DUBIO PRO REO (de mi colega Justo)
Este latinajo es un principio jurídico que indica que, en caso de duda, debe optarse por la opción que más beneficie al encausado (reo). Con frecuencia, hay una dudas sobre cómo aplicar una norma, y sale quien interpreta la norma en sentido restrictivo, o incluso su celo profesional le lleva a olvidar que está tratando con personas y no con tornillos. Esto es especialmente peligroso en campos como los Servicios Sociales, donde hacemos un papel de "frontera". Pues yo digo lo contrario: en caso de duda, a favor de la persona.

2.- MEJOR PEDIR PERDÓN QUE PEDIR PERMISO (de mi colega Elo)
Hay gente que pide permiso para todo, y además, lo suele pedir a aquel que sabe que no se lo va a dar. Esta actitud impide cualquier iniciativa posible. Ejemplo: una colega se me acerca y me pregunta si he pedido permiso a mi Concejala (¡nada menos, y y por qué no al Rey!) para poner el cartel en el edificio de que un día voy a pasarme a visitar, a quienes están en intervención, y a quienes quieran recibir la visita de un trabajador social >>VER. ¡Pero bueno! ¿qué estamos, en el cole? ¿o es que hay que pedir permiso para todo? Pues no, no lo he pedido, pero el caso es que, después de varios años haciéndolo, me dieron un premio en mi ayuntamiento y todo, así que lo doy por aceptado, je!.

3.- LO QUE NO ES ILEGAL, ES LEGAL (de mi colega Mª Jesús)
Esta es otra, la gente que se considera defensora de la legalidad inexistente. No todo acto humano está recogido en los códigos jurídicos (por suerte): sólo unos pocos, y me fastidia enormemente el que te pregunta por la legalidad de cosas absurdas, como, por ejemplo, si es legal que junte en grupo a unos cuantos usuarios para hablar de cualquier tema. Podría pensar que vulnera la confidencialidad, claro... y también podría pensar en los múltiples beneficios que tiene la interacción grupal en nuestras vidas. 

Por supuesto, con esto no quiero decir que se deba ir por ahí en plan pirata, kamikaze,  ni haciendo lo que a uno/a le venga en gana (somos Administración Pública), pero de ahí a hacer sólo lo que pone en el papel, previa consulta al jefe y al gabinete jurídico... hay un trecho: me parece imposible que alguien llegue a emprender algo con tantos miramientos. 

En definitiva: hay gente que ve primero el problema... y claro, no llega a ver la oportunidad. Como veis, yo me he rodeado, por fortuna, de los segundos. A este tipo de personas les dedico esta entrada. Gracias.  

Ánimo

Nacho

Vídeo: Son 7 minutos de motivación: si lo ves, ganarás mucho, te lo aseguro.


martes, 1 de abril de 2014

PONME NOTA


AVISO: OFERTAS DE EMPLEO Y CURSOS AL FINAL DE LA ENTRADA (ojo, muchas cosas de interés)

Tres hechos me han llevado a redactar esta entrada (aunque ya venía con el comecome desde hace un mes):

1.- El otro día una usuaria me decía "he venido a verte a pesar de lo mal que me habían hablado de ti"; en la siguiente entrevista, otra me decía "todo el barrio habla bien de ti". Mi contestación siempre suele ser la misma: "no siempre llueve a gusto de todos, haz tu propio juicio".

2.- Hace un par de semanas, un colega del mundo de las consultoras me decía que le estaban haciendo una "evaluación 360 grados", que viene a ser "una evaluación en la que  participan compañeros, jefes, subordinados y clientes para tener una perspectiva global", según su wiki-definición.

3.- Ayer llamé a la compañía telefónica para hacer una consulta, y al minuto me llamó una máquina para que puntúe la atención recibida. 
¿y si nos pusieran nota?

¿Y a nosotros/as? ¿alguien nos evalúa? Porque, como institución, se hacen algunas encuestas de satisfacción e incluso evaluaciones (especialmente si se trata de obtener de certificados de calidad EFQM o ISO), pero a nivel de cada profesional... ¿sería posible sistematizar cierta recogida de información?

En Servicios Sociales, yo al menos desconozco el caso, tristemente no se realiza ningún tipo de evaluación de desempeño (ya fuese 360 grados, por objetivos, competencias o como fuere) a sus profesionales de manera individual (y seria, claro). Es más, en la administración, este tipo de evaluaciones brillan por su ausencia.

Entendiendo que defender un cambio de sistema en la administración que pasase a  evaluar a sus profesionales e incluso que sus retribuciones pudiesen depender de la consecución de objetivos y proyectos, puede parecer una locura e incluso podría llevar a realizar un trabajo social "defensivo", es decir: alejarse de los objetivos deontológicos en aras de obtener altas puntuaciones en los cuestionarios de satisfacción (recomiendo la entrada "puntuar al médico online puede ser malo para tu salud").

Por curiosidad: la Comunidad de Madrid en noviembre hizo público quién era el médico más demandado en toda la autonomía (en Usera), je! >VER ¿os imagináis esto en vuestra institución?

También habrá quien vea que mis palabras una justificación para la atentar contra la independencia de la administración ante los cambios u objetivos políticos, pero el sistema actual, tal y como está, en el que parece que da igual ser un buen o un mal profesional (y hay buenos y malos profesionales en cualquier empresa y profesión), nos puede conducir a un modelo obsoleto, en incluso a veces me da por pensar que quizá que estemos ante un plan maquiavélico para producir la obsolescencia programada de la Administración (dejándola morir por inanición), ya sea en general, o de algunas partes de ella, y no nos engañemos: los Servicios Sociales, que son los menos reconocidos como indispensables, podemos ser de los más fácilmente liquidables. No todo lo que proviene del mundo de la empresa es malo.

De hecho, ante la ausencia de evaluaciones claras y sistemáticas y de visibilización de nuestro trabajo (y ese sentimiento anti-funcionariado que se ha creado tras la crisis como si fuésemos los/las culpables de la misma), cada vez es mayor un sentir popular que puede acabar en una privatización a largo plazo, y por tanto al fin de los servicios públicos, entre los que están unos débiles Servicios Sociales. 

Yo, sinceramente, creo que es necesario repensar la Administración en general, y los Servicios Sociales en particular, estableciendo mecanismos de evaluación integrales e incluso evaluaciones de desempeño, con la finalidad de mejorar lo que tenemos entre manos, y a los y las profesionales que nos dedicamos a ello. Sin duda. 

A mí, por lo menos, me encantaría saber qué opinan de mi trabajo usuarios/as, colegas y superiores, aunque eso no evitará los corrillos en el barrio, claro.

Ánimo. 

Nacho

Hoy os recomiendo una que me ha venido a la cabeza. Rosendo dice "prometo serte agradecido", muy bueno: 



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